Pensamiento positivo: ¡Aleja de mí ese cáliz!

10-octubre-2016


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Dicen los gurús del pensamiento positivo: “Si realmente lo deseas, la vida te lo dará”, “Tus palabras y tus pensamientos tienen el poder de crear las condiciones de tu vida.”, “El miedo no existe”, “Aleja de tu vida las personas y pensamientos tóxicos”, “Debemos atraer lo positivo, pensando en positivo”, “Si la vida te da limones, haz limonada”, “Sigue estos 7 pasos para limpiar tu mente de pensamientos negativos” y así hasta el infinito.



"Prefiero ser un individuo completo antes que una buena persona"



Pues mira, no. Esto no funciona así. Negar lo negativo que tiene tu vida no te va a librar de ello. Jung decía: “Prefiero ser un individuo completo antes que una buena persona”, y es que somos sujetos completos, estamos vivos y eso tiene consecuencias.

 

El pensamiento positivo y la huída hacia delante

El pensamiento positivo es la forma perfecta de distraernos de nosotros mismos y de nuestras imperfecciones, convirtiendo nuestra vida en una huída hacia delante, en una versión superficial de sí misma. Lo negativo forma parte de nuestra persona, hemos vivido y vivimos a través de experiencias frustrantes, dolorosas, vergonzantes. Sentimos agresividad, rabia, envidia y un montón de cosas más que no nos gustan y que por lo general queremos esconder a toda costa porque no encajan con la imagen positiva que queremos ofrecer a los demás. Una vuelta por Instragram deja esto bastante claro.

Si esta “filosofía” tiene algo de arriesgado, es dividir las emociones en positivas y negativas. Las emociones pueden ser más o menos agradables, pero siempre es necesario transitarlas pues no hacerlo conduce a la neurosis. ¡Ojo! hablo de transitarlas, no quedarnos enterrados en el sufrimiento estéril. Para pasar página es necesario acercarnos a lo que sentimos y para ello hay que caminar a través, no ahogarse dentro.

Pensemos en conflictos graves como la enfermedad, la pérdida de un empleo, de un ser querido o la ruptura de una relación. Esforzarnos en negar las emociones que puedan surgirnos en esos momentos, obligarnos a pensar que “todo va a salir bien” para atraer así las “buenas vibraciones” es probable que lo único que consiga sea frustrarnos al no lograr transformarnos en esas personas positivas que tanto ansiamos ser. Más tarde, además, nos asaltará la culpa porque lo que predica esta postura en el fondo es que si no eres capaz de disfrutar de la vida es porque no quieres, porque estás haciendo algo mal.

 

Pensamiento Positivo y conformismo

Barbara Ehrenreich dice en su libro Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo (Ed. Turner): “Si quieres tener una población conformista, ¿qué mejor que decirle a todo el mundo que tienes que pensar positivamente y aceptar que cualquier cosa que vaya mal en sus vidas es por su propia culpa?”.Y es que la vida es una continua lucha por el equilibrio y el bienestar, y para alcanzarlo navegamos las situaciones que ésta nos plantea como podemos, cada vez con más destreza, no solo adaptándonos a la realidad, sino también adaptando la realidad a nuestras necesidades. Lo que nos hace falta es pensamiento crítico y búsqueda activa del bienestar. El optimismo fabricado nos lo roba, porque de alguna manera nos hace culpables de nuestra pobreza, de nuestra precariedad laboral, de nuestras enfermedades mentales, etc.

El pensamiento positivo nos alienta a abandonar la toma racional de decisiones y el tránsito por nuestras emociones en pro de un status lapidario en Facebook o una nueva libreta molona de Mr. Wonderful.

El trabajo de la psicoterapia, tal y como yo lo entiendo, se ocupa de todo lo contrario; trata de hacernos conscientes de todo aquello que no nos agrada, nos enseña a discernir lo que nos pertenece y por lo tanto debemos aceptar e integrar y qué no nos corresponde y por lo tanto debemos soltar cual lastre.



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