Por qué un revolcón en tu Fango es liberador

28-octubre-2018


 - Fango Fango


Me recuerdo muy pequeña yendo a mi armario, quitando varias capas de ropa del frente y cogiendo del doble fondo un cuaderno de Hello Kitty en el que escribía todo lo que tenía que ver con mi Fango. Este cuaderno me avergonzaba tanto que al poco tiempo decidí tirarlo a la basura, a escondidas claro, liberándome de una presión insoportable, sintiendo que esa Hello Kitty encarnaba al mismísimo demonio.

Por mi Fango, en aquella época teniendo yo unos 7 años, me refiero a hablar de la envidia que le tenía a mejor amiga que era rubia y delgada, de que a veces pasaba de mí y se iba con otra, de que había visto a mi padre bebido y eso me producía algo entre asco y pavor, que había descubierto lo que era tocarse el mismísimo toto, que mi hermana no me hacía ni puto caso, que mi madre llegaba tarde del trabajo o de que mi abuela me había dado un guantazo. El peso de esa libreta era tal que me pasaba el día pensando que alguien en el mundo lo podría encontrar liberando la esencia, de una vez por todas, del pozo de basura que tenía dentro.

En el momento en el que me deshice la Hello Kitty del demonio hice un pacto con mi barrizal, iba a ignorarlo hasta que me olvidara de que estaba ahí. Y así fue.

Y por lo visto no soy la única, cuando empecé a hacer terapia como pacienta mi psicóloga, que después de mucho esfuerzo por su parte, me ayudó a entender que la mayoría de malos rollos y oscuridades que me invadían eran el pan nuestro de cada día, que son sentimientos que nos atraviesan a todas las personas y que no tienen mucho más remedio que, primeramente, aceptar que forman parte nuestra nos guste o no. Luego ya veremos lo que hacemos con ellos.

Y la verdad es que cuando empecé a acompañar a personas como terapeuta me di cuenta de que así era y que la mayoría, tal y como a mí me había sucedido, habían relegado sus vergüenzas al olvido, o al intento de este. Porque la negación de las emociones no es tarea fácil, y durante un ratito vale, pero cada vez necesitas mecanismos más complejos, los cuales te acaban chupando la sangre, para conseguir creerte que eres la más fuerte, segura, simpática y divertida del planeta y de que tú la envidia, la rabia y el miedo no las has visto en tu puta vida.

Lo cierto es que, en un principio, revolcarnos en nuestro barro y hacer drama de una forma consciente no resulta nada agradable sobre todo porque no nos han enseñado cómo. No voy a hacer aquí una disertación de cómo revolcarte en el Fango porque es demasiado trabajo para un domingo y porque de eso hablo largamente en un libro que se publica el 9 de enero.

Fango Fanzine #1

Pero hemos editado un Fanzine, con la idea de que sea una publicación bianual, si las fuerzas, el tiempo y el dinero nos lo permiten, en el que diferentes personas, valientemente, nos comparten sus historias desde las diversas locuras y fangos que les atraviesan. En este primer número han participado Alexandra Lores, Sabina Urraca, Nerea Pérez, Ramona Ucelay, Elisa Victoria, Verónica, Marc Fernández, Marta Bassols y Klari Moreno.

El próximo número, si la vida del autónomo lo permite, saldrá en primavera.

Puedes comprarlo aquí.

Esperamos que este revolcón en el barro sea de vuestro agrado.



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